Prólogo
El Abismo. No se veía nada, todo estaba negro, pero saltó. Confió en el Cosmos. Confió en la Realidad. No vaciló.
No se reunió con sus seres queridos. No desapareció. De algún modo, su consciencia estaba temblando entre este mundo y el otro, tratando de mantener ambos vínculos. No había nada; pero lejos de cualquier otro estado, Tysien no sentía más que plenitud y realización.
De pronto un sonido similar al de madera contra madera le llamó desde una distancia infinita… Al no responder, una luz cegó su vista, su visión.
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